¡¡¡Tenemos capitulazo!!! Uno de los mejores de lo que llevamos de temporada, en el que pasa prácticamente de todo. Comencemos por el principio.
Tal y como acabó el capítulo anterior, con la familia de Nate acusándole de consumir cocaína, en esta ocasión Nate intenta hacerle ver a su madre la realidad del asunto. Su padre, a pesar de que le diga que todo está bien, la verdad es que se encuentra sumido en la droga y no puede parar de comprarla y, por supuesto, consumirla. Nate decide ponerle fin a la situación y actuar, de modo que en la reunión con la familia Waldorf con el pretexto de salir a la calle para fumar en puro, consigue que la policía se lleve detenido a su padre. Lo que Nate no sabía es que además del consumo de droga, la policía lo estaba investigando por fraude.
Chuck Bass quiere participar activamente en la vida de negocios que lleva su padre engrandeciendo su imperio. Le propone que se haga dueño de un cabaret y ser pionero en el negocio. En cuanto a Bart Bass, empieza el capítulo formalizando su relación con Lily van der Woodsen ante su hijo Chuck, sin embargo, Chuck pilla a su padre en la limusina con una joven, y entiende este gesto como que estaba siendo infiel a Lily y no dudo en contárselo. Sorprendentemente no era así, se trataba solo de una entrevista de negocios.
La pareja de moda, Serena y Dan han dado un paso más en su relación, y tras un primer intento en el que reinaba la torpeza por parte de Dan y hubo una invitada inesperada, Vanessa, consiguieron tener un momento de intimidad. Pero volvamos a la intrusión de Vanessa: es una chica muy amiga de Dan que se cuela por la ventana de la habitación de Dan cuando le apetece....¿Cómo se toma esto Serena? Evidentemente no muy bien, y puede ser que sea desde este punto donde le empiecen a Serena los celos sobre esta chica, además de lo que se pudo ver en el capítulo anterior. Al margen de esto, Dan prepara una noche mágica llena de velas y sorprende a una Serena que se queda totalmente prendada porque "nadie me había mirado antes como me miras tú".
Blair recibe la visita de Jenny para agradecerle que devolviese su pulsera a la joyería. Pero en esta visita Blair descubre un secreto que esperaba no tener que oír nunca. Nate sigue enamorado de Serena y se lo dijo durante el baile de máscaras (se lo dijo a Jenny creyendo que era Serena porque llevaba su máscara). Después de esta inesperada noticia, Blair tiene que aparentar que está felizmente enamorada de Nate en la cena con ambas familias. Le pregunta a Nate si tiene algo que contarle y éste no dice nada...ya podría ser más sincero este chico. Ambas familias están empeñadas en que Nate y Blair sigan su relación y se casen algún día, llegando a ofrecer incluso a Blair el anillo de la familia Archivald. Todo es una pantomima. Al final de la noche Blair le revela a Nate que sabe toda la verdad y le aconseja que vaya a la comisaria con su padre (había sido detenido) que ya ella se encarga de ir al club Victoria con Chuck.
Y aquí es donde tenemos el bombazo de todas las bombas de la noche (y del capítulo). Blair entra en el club con Chuck y se desmelena completamente. Ante la atenta mirada de Chuck, sube al escenario y se va quitando la ropa en un sensual baile erótico. Pero esto no es lo mejor, lo mejor viene cuando acaba la noche y ambos se montan en la limosina...Tras mucho esperar a Nate para perder la virginidad con él y de manera especial, Blair es desvirgada por Chuck en el asiento trasero de su limusina. Se acuesta con el mejor amigo de su ex novio. Esto de acostarse con los mejores amigos de parejas o ex parejas es algo muy característico en el Upper East Side al parecer.
Para terminar este intenso capítulo, tenemos la visita de Lily a la galería de Rufus. Lily acude a Rufus cada vez que Bart le decepciona. Lo que no saben ninguno de los dos, y es una carta que jugará a favor de Bart, es que la pequeña J ha ido en busca de su madre a pedirle que vuelva. Esto podría frenar el desarrollo de la relación entre Rufus y Lily, en caso de que Allison volviera, claro está. Mientras tanto, ellos están así tumbados juntos y admirando una proyección en el techo de la galería.
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