Este quinto capítulo se centra principalmente en la fiesta pijamas que organiza Blair, fiesta que no es para nada tranquila. Como temas secundarios tenemos la cita de Dan con Serena y el deseo de salida del Centro Ostroff por parte de Eric, que afecta de rebote en un nuevo encuentro entre Lily y Rufus.
Al rechazar Serena la invitación al evento de Blair, hay una "vacante" en la fiesta que debe ser ocupada, y la elegida va a ser Jenny Humphrey. Jenny acude a la fiesta bastante entusiasmada pensando que se pintarían las uñas, contarías algún que otro cotilleo y se dormirían. Todo lo contrario, una fiesta organizada por Blair llena de Martini´s, lujo y glamour, donde el juego de `verdad o reto´ supondrá el descubrimiento de una nueva Jenny capaz de todo lo que le propongan y de salir airosa de situaciones realmente complicadas. Los retos que le propone Blair a Jenny van desde ayudar a Eric van der Woodsen a que se escape del centro Ostroff, hasta robar en la tienda de la mismísima madre de Blair, pasando por una llamada telefónica a una tal Amanda informándole que su novio no es precisamente lo que se dice fiel.
Volviendo al robo a la tienda de Eleanor Waldorf, tras las insistencias de Blair de que estaba superando las pruebas, entra con las llaves, que previamente le había dado Blair y consigue hacerse con la chaqueta, al mismo tiempo que el ejército de esclavas de Blair liderado por ella misma se van corriendo...pero suena la alarma y acude la policía. Afortunadamente, Jenny se las ingenia para hacerse pasar la hija de la dueña del local alegando que las llaves son suyas y nadie más que Blair Waldorf podría tenerlas. Para rematar la faena, vuelva a casa de B y le enseña su logro, y no contenta con eso rechaza su invitación de dormir junto a ella y las demás. La pequeña J poco a poco se abre camino en la élite de Manhattan siguiendo los pasos de B.W.
Otro de los asuntos tratados en este capítulo son las ganas de Eric de salir del centro Ostroff y volver a hacer vida normal. El día que parece que por fin va a regresar a casa (o al Palace en su caso) su madre decide que todavía no debe salir del centro porque teme un nuevo intento de suicidio. El hecho que Jenny y las chicas lo ayudaran a escapar hizo ver a Lily van der Woodsen que era hora que Eric volviera y al día siguiente, Eric por fin iba a despertar en su casa (hotel).
Esto nos lleva, como dijimos al principio de la entrada al encuentro entre Rufus Humphrey y Lily. Lily piensa que la joven rubia que se llevó a Eric era su hermana Serena, y por ello se quiso poner en contacto con ella, pero ésta se dejó su móvil olvidado. La siguiente táctica a la que recurre Lily es pedirle el número de móvil de Dan a Rufus. Sin embargo, Rufus se encuentra un tanto depresivo tras llamar a su mujer y que le contestase un hombre, por lo que no la ayudó en un primer momento. Más tarde, llamó a Dan y le informó del problema, y junto con Serena encontraron a Eric en una discoteca con todo el séquito de Blair. En esos instantes aparece Lily, desesperada, en casa de Rufus, y después de calmarla pasan una agradable cena casera de manos de Rufus. El momento cumbre de la noche ocurre cuando Allison, la todavía mujer de Rufus, llama a casa y atiende Lily. Recordemos los celos que le procesa Allison a Lily desde hace 20 años según sus propias palabras...Si Rufus quería arreglar la situación con su mujer ahora era casi imposible.
No nos hemos olvidado de la cita de la pareja del año. Dan intenta sorprender a Serena llevándola a una carísimo restaurante y recogiéndola para ello en un pequeño coche negro con chofer. Serena salva a Dan pagando la cena, porque sabía que él quería estar a su altura pero no quería permitir que se gastase ese dinero en ella. Finalmente deciden cambiar de un plan más serio a uno más informal jugando al billar. Hasta que tienen que ir en busca de Eric. Una vez que va a por él y lo dejan de nuevo en el Centro Ostroff siguen una romántica noche llena de besos apasionados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario